Cuando recuperar los ahorros de preferentes es recuperar la dignidad
Autor: Equipo ArriagaUn matrimonio cliente de nuestro despacho nos cuenta su caso, ganado contra Banco Ceiss
Son un pareja de ancianos como muchas en España. Él, Manuel L.G., electricista jubilado; ella, Adela M.A., ama de casa. Toda la vida trabajando para sacar adelante a sus dos hijos, hoy ya casados y con su propia familia. Tenían 69 años de edad cuando un buen día, atendieron a la recomendación de un empleado de Caja España (hoy Banco Ceiss) al acudir a renovar una imposición de plazo fijo.
El empleado de la entidad les conocía perfectamente, era consciente de su perfil conservador, de sus circunstancias personales y de los pocos ahorros que tenían. Sabía que habían llevado una vida de sacrificios y esfuerzos para que en su casa nunca faltara lo necesario. No tenían lujos, pero sí “un pequeño colchoncito para poder vivir lo que nos quedara, sin tener que pedir nada a nuestros hijos”, comenta Manuel.
A muchos jubilados se les coloco un contrato de preferentes al ir a renovar un plazo fijo
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Su renovación del plazo fijo se convirtió en un contrato de preferentes. El empleado de la entidad que les colocó el producto no les avisó de la realidad de lo que iban a contratar, no les dio el asesoramiento necesario para que Manuel y Adela firmaran las preferentes con conocimiento de causa. “Nosotros nunca habíamos tenido preferentes, siempre plazos fijos”, comenta Adela. “Además, nos hicieron un test para poder firmar el contrato, que no nos enseñaron en el momento, pero que al cabo del tiempo nos dimos cuenta de que ponía que lo que íbamos a firmar era un producto no conveniente para nosotros, y a pesar de eso, en el banco continuaron adelante con la venta y con el contrato”, añade.
Adela y Manuel firmaron sin leer, basándose en la relación de confianza que mantenían durante años con el empleado de la entidad. A los dos años, empezaron a perder dinero y cuando fueron al banco con uno de sus hijos a sacarlo de la cartilla, les dijeron que no lo podían tocar porque era una “inversión a perpetuidad”. Fue su hijo el que les animó a buscar un abogado y a luchar por recuperar un dinero que era suyo.
“Si no lo hubiéramos hecho, si mi hijo Luis no nos hubiera buscado el teléfono de los abogados de Arriaga Asociados en León, creo que nunca hubiéramos recuperado nuestro dinero”, comenta el matrimonio. “Ganar el juicio de preferentes contra el banco ha supuesto para nosotros recuperar la dignidad, nos ha hecho grandes luchar contra aquellos que creíamos aún más grandes que nosotros, pero que en realidad no lo eran”, dice emocionado Manuel. “Hemos sido capaces de aguantar una dura lucha que al final ha dado sus frutos y que nos ha permitido recuperar la honradez y nuestra vida propia, la que teníamos antes”, añade Adela.
Ganar un juicio de preferentes ha supuesto para muchos afectados recuperar su dignidad
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Un año duró el proceso judicial para ellos, pero la sentencia contra Banco Ceiss fue clara y contundente: “la entidad no cumplió con su labor ejemplarizante ni con las exigencias que rigen en la comercialización de este producto. Los asesores bancarios, a sabiendas, ofrecieron inadecuadamente las preferentes a los actores de esta demanda con lo que se declara nulo el contrato y se condena a la entidad financiera al pago de las costas judiciales”.
“No tuvimos más remedio que acudir a los tribunales para ver atendidas nuestras legítimas pretensiones. Pero, ha merecido la pena. Volvemos a ser nosotros, el matrimonio feliz y contento que éramos antes. Pensábamos que en toda esta lucha íbamos a ser pececitos en el mar ante cocodrilos marinos, pero hemos sido tiburones blancos”, comentan Adela y Manuel.
“Nuestro consejo es que todos los afectados luchen por lo que es suyo, que tengan las fuerzas suficientes para iniciar su particular cruzada judicial y recuperen el dinero que les pertenece y que, por supuesto, se busquen abogados especialistas en estos temas. Nosotros, gracias a la labor y el trabajo de defensa que nos ha hecho Arriaga Asociados, hemos comprobado que la justicia no es de unos pocos, la justicia es de todos, y que si no nos levantamos cuando caemos, nunca seremos nosotros mismos”.